Cuando se aproxima cada año el Día Internacional del Libro, el British Council School abre sus puertas a la literatura, recibiendo a autores nacionales e internacionales y acogiendo actividades que incentivan el gusto de sus estudiantes por la lectura y la escritura.
Aprovechamos la visita del escritor Diego Arboleda, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2014 por Prohibido leer a Lewis Carroll, para conversar con él sobre el presente y el futuro de la industria editorial, y para pedirle alguna recomendación a la que "hincarle el diente" aprovechando la siempre buena excusa de la celebración del 23 de abril. ¿Nos acompañas?
¿Por qué decidió ser escritor? ¿Es algo que quería desde pequeño o surgió a raíz de un hecho en concreto?
-Para mí ser escritor en la consecuencia natural de ser lector. Desde muy pequeño quise contar mis propias historias. Así que un escritor solo es un lector que ha dado un paso más allá.
Firmas en librerías y ferias, sesiones en centros educativos: ¿por qué es importante favorecer el encuentro entre escritor y lectores? ¿Ha participado en alguna iniciativa novedosa que le haya sorprendido?
-El encuentro con los lectores permite a los alumnos sentirnos a los escritores como a alguien cercano, de carne y hueso. Y pueden hacernos preguntas, enriqueciendo así la lectura. Para los autores es esencial, a menudo aprendemos más nosotros que ellos.
Las situaciones más sorprendentes a menudo han venido por parte de los alumnos: preguntas y análisis que te dejan pasmado. También son muy emocionantes los trabajos artísticos que realizan a partir de mis libros. ¡Su creatividad es alucinante!
El Barómetro de la Lectura 2017 de la Federación del Gremio de Editores ha desmontado dos mitos sobre los hábitos de los españoles 1) los menores de 25 años son los más lectores 2) papel sigue siendo el formato preferido para la lectura de libros. Según su experiencia, ¿cuál podría ser la tercera creencia que no se corresponde con la realidad?
-El enfrentamiento entre el libro y el resto de posibilidades de ocio. Se tiende a pensar que niños y adolescentes tienen una especie de "ocio culto", los libros y otro tipo de "ocio popular", más divertido, que incluye internet, películas, series, música, juegos, apps... Ellos no hacen esa distinción, sino que lo mezclan todo, y disfrutan compartiéndolo. No hay más que ver el fenómeno de los booktubers.