Mientras algunos ya fantasean imaginándose como enfermeros, biólogos químicos o psiquiatras, otros todavía no tienen clara la respuesta a la pregunta "¿en qué te gustaría trabajar en un futuro?”.
Lo que sí tienen claro algunos alumnos como Alexander, Valeria, María, Fátima, Mareena y Swarup es que el inglés les abrirá las puertas a nivel personal y profesional: “estoy segura de que será muy útil para expresar mis ideas y comunicarme con personas de otros países”, afirma Mareena.
Ellos son solo seis de los participantes del programa de becas en inglés para jóvenes estudiantes que organizamos en colaboración con la Ramon Molinas Foundation y la Generalitat de Cataluña en Barcelona.
A través de él, alumnos de secundaria con un nivel académico excelente, procedentes de entornos socioculturales desfavorecidos, tienen acceso a un curso de 90 horas de inglés en nuestro centro de Bonanova Young Learners (Barcelona) durante el año 2015-2016.
Alexander sostiene que "deberían ponerse en marcha más iniciativas como esta: hay muchas personas que necesitan ayuda porque, lamentablemente por su situación económica, no tienen acceso a un curso como este".
Es el segundo año que se desarrolla este proyecto, y ha gozado de tan buena aceptación en su primera entrega que lo hemos ampliado de 25 a 41 beneficiarios, para que algunos de los estudiantes ya becados puedan continuar con su experiencia.
El enfoque práctico de nuestras clases es uno de los aspectos que más valoran alumnos como Swarup que asegura que, “en ocasiones, es difícil mejorar si te limitas a las horas de enseñanza incluidas en la escuela […] aquí hablas inglés todo el tiempo, así que no tienes más remedio que perder la vergüenza y arrancarte a practicar”.
Fátima, por su parte, destaca la utilidad del curso en su vida cotidiana, sobre todo “cuando estando de viaje en el extranjero con mis padres, me preguntan algo en inglés y siento que tengo mucha más soltura y confianza para expresar mis ideas”.
Otro de los objetivos de este programa es proporcionar a los participantes una experiencia que tenga una continuidad más allá de las clases, que les permita mejorar sus competencias académicas y personales, a través de la creación de vínculos con sus compañeros, con los que María afirma que “hay muy buen rollo y nos apoyamos los unos en los otros cuando tenemos algún problema o duda”.
A través de las becas, organizadores y participantes quieren concienciar sobre la importancia de la formación en idiomas a los jóvenes que, aun teniendo los medios materiales a su alcance, no encuentran motivación para su estudio. “Les diría que vieran las noticias, que sean conscientes de la situación que atraviesa el país desde hace años y de que somos las nuevas generaciones las que tenemos que ayudar a cambiarla para que no se vuelva a repetir en el futuro”, concluye Valeria.