Desde su instauración en 1984, el premio Turner Prize se ha convertido en el premio de arte más conocido y prestigioso del Reino Unido.
Dando cabida siempre a muestras de obras de arte provocadoras, entre cuyos ejemplos más prominentes encontramos el tiburón conservado en formaldehído de Damien Hirst y la íntima My Bed de Tracey Emin, el premio ha generado polémica a menudo. Pero 20 años después, los artistas nominados al premio Turner en el pasado han llegado a convertirse en algunas de las figuras más importantes del arte contemporáneo británico. El premio también ha dado un paso de gigante a la hora de trasladar un arte contemporáneo "difícil" y una práctica emergente al público en general.
Expuesto en un principio solo en Londres, el premio Turner sale ahora de la capital cada dos años. Este año, coincidiendo con su elección como Ciudad de la Cultura del Reino Unido 2017, Hull ha sido elegida para albergar la exposición en la Ferens Art Gallery.
Cada año se selecciona a cuatro artistas nominados para el premio para una “exposición destacada u otro tipo de presentación” en el año anterior. Los artistas seleccionados son todos británicos, pero este criterio se amplió para incluir a artistas que trabajaban principalmente en Gran Bretaña, o que habían nacido en el país, pero ahora vivían en otros lugares. Mucha gente ve el premio como un barómetro del estado de ánimo del país, que nomina a artistas que captan algo sobre qué significa ser británico en ese momento. Hasta este año, el premio se había limitado a mostrar el trabajo de artistas menores de 50 años, pero esta estipulación se eliminó para reconocer que los artistas pueden dar el salto a la fama en cualquier fase de su carrera.
Entre los nominados de este año se incluyen dos artistas cuya edad no les habría permitido en un principio presentar su candidatura, y la exposición es ahora más representativa del espectro de prácticas artísticas británicas que nunca. Cada uno de los artistas trabajaba en un medio distinto, poniendo su mirada en diferentes temáticas e ideas, pero había similitudes en toda la exposición, con temáticas relacionadas con las etnias, la representación, la identidad y la alteridad latentes en la muestra.
Rosalind Nashashibi
Rosalind Nashashibi trabaja con una película de 16 mm para crear obras con carga política. El medio analógico proporciona a su trabajo una vitalidad y espontaneidad que capta su interés en las personas. Con la mirada de un documentalista, Nashashibi capta a personas normales y corrientes en situaciones reales, pero también utiliza intervenciones cuidadosas para orquestar su narrativa. En este vídeo habla sobre cómo durante el rodaje de una de sus obras, presentada en su exposición del premio Turner, su viaje a Gaza se vio interrumpido de forma brusca debido a la creciente violencia y lo importante que este contratiempo resultó ser finalmente para la historia que narraba la película.
Lubaina Himid
Lubaina Himid está interesada en la representación de las personas de color en la historia y los medios de comunicación. Suele tomar sus retratos como punto de partida: imágenes de futbolistas negros en los periódicos, por ejemplo, o retratos de personas de color en los cuadros de William Hogarth. En una entrevista reciente con Tate, Himid describe cómo su trabajo explora temas relacionados con la pertenencia: “Me interesa qué significa la pertenencia, y por ello, me interesa cómo las personas de color han contribuido a conformar el paisaje cultural de Gran Bretaña”. En el vídeo siguiente puedes escuchar cómo da más detalles sobre estas ideas mientras crea un nuevo trabajo de acrílico sobre un periódico.