Por Almudena Díaz
María José Millán lleva tres años estudiando en nuestro centro de adultos en Madrid. Desde hace unos meses se ha convertido en la estudiante más popular porque viene a clase acompañada de Bran, un cachorro que forma parte del programa de la Fundación ONCE del Perro-Guía.
En España existen 1.000 personas con ceguera severa o discapacidad visual que se apoyan en perros como Bran para caminar acompañados en su día a día. Gracias a esta iniciativa, cada año se gradúan una media de 145 perros auxiliares en nuestro país. María José nos cuenta como está siendo esta experiencia:
1. ¿Cómo descubriste el proyecto?
-Realmente fue por casualidad: un día, paseando por la calle, me encontré con un perrito muy parecido a este, le pregunté a la chica que lo llevaba y me contó que pertenecía a este programa y que me podía meter en la web para conocer más detalles.
2. ¿Por qué diste el paso?
-Mis niños estaban locos por tener un perro pero a mí me generaba muchas dudas porque quiero volver a incorporarme al trabajo, vivo en un piso y una mascota de estas características necesita muchos cuidados…En cambio, cuando me metí en la web y leí en qué consistía todo, me pareció que podía ser una muy buena experiencia para mi familia.
3. ¿Cuál es el papel de una familia educadora?
-Básicamente consiste en sociabilizar a Bran durante un año: cuantas más personas conozca y lugares visite, mejor. Por eso ahora monta en metro y autobús, se viene a la compra, de viaje a la playa y hasta viene a clase de inglés (risas).
4. ¿Y el de la Fundación?
-Se encargan de la selección y seguimiento de las familias y cubren todos los gastos, tanto los relativos al veterinario (vacunas, consultas, etc.), como los del día a día (comida, camita, juguetes, correa, chaleco, etc.).
5. ¿Qué tienen que hacer las personas interesadas en el proyecto?
-Hay que meterse en la página de la Fundación ONCE del Perro-Guía y completar el formulario de la sección de Nuestros Perros-Cachorros para convertirse en familia educadora. Después te hacen una entrevista telefónica y otra presencial y el plazo de espera habitual es de un año.
6. ¿Qué es lo que más valoras de la experiencia?
-Que estamos contribuyendo a un proyecto solidario muy importante. Las personas con discapacidad visual que solicitan un perro guía pueden esperar hasta cinco años para conseguir uno porque no todos son válidos para esta labor o se adaptan a las necesidades concretas de quien los solicita. La peor parte vendrá cuando se cumpla el año, porque me va a costar mucho despedirme de él, ¡estoy segura!
Muchas gracias por compartir una experiencia tan bonita con nosotros, María José :-)