Por Stephen Mullan

24 julio 2020 - 09:24

Brexit
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Cómo el Brexit y el impeachment pueden mejorar tu inglés 

¿Qué relación tiene el Brexit con los piratas, la seducción y Alicia en el país de las maravillas? Y el impeachment ¿tiene algo que ver con los melocotones (‘peaches’)? ¿Qué une a Trump con los vagabundos y la victoria? Sean cuales sean tus convicciones, reflexionar sobre el vocabulario usado en política puede convertirse en una manera sorprendentemente eficaz (y divertida) de mejorar tu inglés.

Las sorprendentes peripecias del Brexit

En las mágicas aventuras de Alicia en Through the Looking Glass (A través del espejo, 1871), un gran huevo parlante le dice que sus palabras son como “portmanteaus” (‘maletas’) con “dos significados empaquetados en una sola palabra”. Desde entonces han surgido numerosas palabras portmanteau en inglés, siendo “Brexit” (de Britain + exit) el ejemplo más célebre de los últimos años.

El español posee palabras compuestas muy pintorescas, como “matasuegras” o “pagafantas”, y en el terreno tecnológico también ha adoptado acrónimos tomados del inglés, como “bit” (de binary + digit), “módem” (modulator + demodulator) y “Skype” (sky + peer-to-peer).

Sin embargo, este tipo de combinaciones no son nuevas; de hecho, pueden ser tan antiguas como el propio idioma. Volviendo al inglés, veamos algunos ejemplos que nacieron en siglos pasados:

Palabra portmanteau

Significado

Origen

dumbfound Dejar sin palabras Hacia 1650: de dumb (‘mudo’) + confound (‘confundir’)
Oxbridge De Oxford o Cambridge, pero también puede significar ‘privilegiado’ 1849: Oxford + Cambridge
smog Esmog, niebla mezclada con contaminación 1905: smoke (‘humo’) + fog (‘neblina’)

Hay muchas otras palabras compuestas o acrónimos similares, y lo mejor de todo es que se ha comprobado que si conoces su origen te será más sencillo recordarlos.

Pero no vamos a olvidarnos de “Brexit” tan fácilmente. Aunque pueda parecer que existe desde hace una eternidad, fue el 15 de mayo de 2012 cuando lo inventó el activista proeuropeo Peter Wilding, logrando derrotar a otras opciones menos atractivas como “Brixit”, ofrecida por The Economist, o “UKExit”, de Intereconomics. Al principio, Wilding lo definió como una palabra triste; otros la utilizaron para denigrar la idea de abandonar Europa.

Sin embargo, los británicos euroescépticos se reapropiaron del término “Brexit”, que algunos veían como una palabra dinámica, rebelde y antisistema, y que incluso suena igual que “breaks it” (literalmente, ‘lo rompe’). Los euroescépticos se autodenominaron desde entonces “Brexiteers”, un sustantivo que evoca los “buccaneers” (‘bucaneros’), pícaros piratas intrépidos y aventureros.

Es más, el propio inventor del vocablo se dio cuenta de que uno de los problemas para los proeuropeos era que para transmitir la idea de “quedarse” (‘remain’) en la Unión Europea no contaban con nada que sonara tan “sexy” como “Brexit”; por su parte, el cómico inglés John Oliver, una gran estrella del mundo anglosajón, se quejaba de que Brexit era “un nombre demasiado bonito para algo tan estúpidamente destructivo”. Nunca sabremos si la historia podría haber sido diferente si los partidarios del “remain” hubieran encontrado términos con más encanto o una retórica más seductora, pero la idea nos invita a reflexionar sobre el poder casi mágico, poético y cautivador de las palabras.

Trump
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De melocotones, pies y Donald Trump

“Peach” es un sustantivo adorable para una fruta deliciosa: el melocotón. Y el prefijo “in-” o “im-” suele aludir a algo negativo (como la palabra “impersonal”, tanto en inglés como en español). Así pues, ¿es que el origen de “impeach” algún antiguo ritual en el que los ciudadanos descontentos lanzaban fruta a los políticos?

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 Desgraciadamente, “impeachment” y “peaches” no están relacionados. Es más una cuestión que alude a las extremidades inferiores, pues “im-peach-ment” proviene de la voz latina para “pies” (‘pes, pedis’), que no se mueven libremente. Si comentamos que “Trump was impeached” (es decir, que “se ha sometido a Trump a un proceso de destitución”), queremos decir que el Congreso de Estados Unidos ha querido “impede him” (‘obstaculizarlo’).

En realidad, “im-peach-ment” está relacionado etimológicamente con “des-ped-ido”. Sin embargo, como se vio en su momento, el “impeachment” por parte del Congreso no implicaba que Trump se viera obligado a dejar su cargo, ya que la decisión quedaba en manos del Senado estadounidense. Finalmente, una escasa mayoría votó a favor de exculparlo. 

Así pues, el “impeachment” es como un “impediment” (‘impedimento’) jurídico que puede concluir con la destitución permanente del presidente. Pero ten cuidado, ya que este proceso político varía de un país a otro. Fuera del terreno político y jurídico, “impeach” es una palabra poco usual, que curiosamente se emplea bastante más en su forma adjetival negativa: unimpeachable. Afirmar que alguien es “unimpeachable” equivale a considerar que es “irreproachable” (‘irreprochable’). También se dice “having unimpeachable integrity” (“ser de una integridad incuestionable”), “having an unimpeachable reputation” (“tener una reputación intachable”) y “being an unimpeachable authority” (“ser una autoridad indiscutible”).

Dejamos que seas tú quien decida si Trump es “unimpeachable” en estos sentidos. Pero podemos decir que, al menos por lo que respecta a sus partidarios y al Senado de los Estados Unidos, “Trump’s name has been cleared” (“Trump ha recuperado su buen nombre”)… lo que nos lleva al nombre propio del presidente estadounidense. ¿Cómo puede ayudarnos con el inglés?

Los nombres y apellidos pueden ser una forma genial (y bastante original) de recordar el léxico complicado. Por ejemplo, para los estudiantes angloparlantes resulta fácil aprender cómo se dice “cobbler” en español recordando simplemente el nombre de uno de vuestros políticos recientes más famosos: el presidente Zapatero (‘Prime Minister Cobbler’). Los hispanoparlantes, por vuestra parte, podréis aprender de plantas en inglés si tenéis en mente a su homólogo norteamericano, George Bush (‘Jorge Arbusto’). Y, en este año de elecciones en Estados Unidos, no perdáis de vista a los demócratas Bernie Sanders (‘Bernardo Lijadoras’) y Elizabeth Warren (‘Isabel Conejera’ o, en sentido metafórico, ‘Isabel Laberinto’).

Pero, a día de hoy, quien probablemente será nominado por parte del Partido Demócrata como candidato a presidente es Joe Biden. Aunque “biden” procede del inglés medieval y no significa nada en el inglés moderno, "joe" quiere decir ‘café’ en la jerga norteamericana, y "a cup of joe" podría traducirse como ‘una tacita de café’. En cualquier caso, tanto si encuentras estimulante a Joe como si no, tendrá que enfrentarse al político más controvertido de su país en la actualidad: Donald Trump. Fíjate, no obstante, en que su apellido suele pronunciarse incorrectamente en español como / træmp /, es decir, “tramp” (con una “a” abierta como la española), que es una palabra que existe y significa ‘vagabundo’. De modo que deberíamos tratar de pronunciarlo como se debe, / trʌmp /, con una “a” breve y oscura, más parecida a una “o”. Y, por cierto, “trump” es también un verbo con varios significados, entre ellos ‘triunfar’…

Stephen Mullan ha sido profesor de historia, lengua y literatura inglesa en universidades de Irlanda, Inglaterra y España. Actualmente trabaja como editor de contenidos en inglés para el British Council en España, con quien colabora asimismo como profesor de inglés en la Universidad de Alcalá

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