Ayudar a nuestros hijos a aprender inglés en casa es un buen modo de reforzar lo que les enseñan en la guardería o en el colegio, pero ¿podemos ayudarles si nosotros mismos no lo hablamos muy bien?
No os preocupéis por vuestro acento
Muchas personas se preocupan por este aspecto cuando hablan en inglés con sus hijos, pensando que les pueden pegar su “mal” acento. Pero nuestra forma de hablar es simplemente un reflejo de nuestra identidad. En realidad no existe un “buen” o un “mal” acento, ya que nuestra pronunciación solo pone de manifiesto quiénes somos: si sois canadienses, tendréis acento canadiense, y si sois españoles tendréis acento español. De hecho, existen más de 50 acentos diferentes solo en el Reino Unido, cada uno de los cuales forma parte de su riqueza y de su variedad cultural, así que cada persona tiene su acento, ¡incluso los británicos! Siempre y cuando vuestra pronunciación sea inteligible, tener acento no debería constituir un obstáculo para ayudar a vuestro hijo a aprender inglés.
Cuanto más inglés oiga vuestro hijo, más aprenderá
Ahora que ya sabéis que no debéis preocuparos por vuestro acento, podéis aprovechar para darle un buen empujón a los conocimientos de vuestro hijo. Si buscáis actividades en inglés para realizar en familia, como juegos o recetas de cocina, los artículos de Sheona Smith os aportarán muchas ideas. El sitio web de LearnEnglish Kids del British Council cuenta también con montones de consejos prácticos y actividades para padres que desean ayudar a sus hijos con el inglés en casa.
Ofreced un buen ejemplo
Una de las muchas maneras en que aprenden los niños es por observación y por imitación: de ahí que sea tan importante proporcionarles modelos adecuados. Si os entusiasma el inglés, tenéis muchas posibilidades de que a vuestro hijo también le atraiga. Mejorad vuestro propio nivel leyendo libros o viendo programas de televisión en inglés con frecuencia; demostradle a vuestro hijo que el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida, ¡y que hasta los padres pueden aprender cosas nuevas! Enseñad con el ejemplo, y vuestro hijo verá que no pasa nada por cometer errores; si os equivocáis en alguna palabra, podréis explicarle que una parte fundamental del proceso de aprendizaje es aprender de nuestros errores, y que tiene que probar aunque lo diga mal. Mostradle que no os da vergüenza hablar en inglés con vuestros amigos o vecinos angloparlantes o, si vais de vacaciones a un país de habla inglesa, que estáis deseando preguntar cómo ir a un sitio o pedir lo que vais a comer en un restaurante. Son estas situaciones cotidianas que pueden parecer poco importantes las que más influirán en la actitud de vuestro hijo hacia el aprendizaje a largo plazo.
¿Qué pasa si no hablamos nada de inglés? ¿También podemos ayudar a nuestro hijo?
Puede que nunca hayáis tenido la oportunidad de aprender inglés pero que aún así queráis echarle una mano a vuestro hijo. ¡No os preocupéis! Hay muchas maneras en que podéis ayudarle, aunque no habléis ni una palabra de esta lengua.
Pedid a vuestro hijo que os enseñe un poco de inglés. Si hay algo que he observado a lo largo de mis años como docente es que a los niños de infantil y primaria les encanta hacer el papel del profesor. No solo aumentará la autoestima de vuestro hijo por saber algo que papá o mamá ignoran, sino que además le proporcionará una razón para hablar inglés. Aquí tenéis algunas ideas sencillas con las que podéis animar a vuestro hijo a enseñaros el vocabulario que ya conoce:
- Animadle a que os haga un recorrido en inglés mostrándoos la casa o su dormitorio: por ejemplo, “This is the bathroom” (“Este es el baño”), “This is the kitchen” (“Esta es la cocina”), “This is my bedroom” (“Este es mi cuarto”), “my bed”, “my toys”, “my cat” (“mi cama”, “mis juguetes”, “mi gato”), etc.
- Una forma divertida de repasar los animales, el transporte, los números y los colores es pedirle que describa, cuente o clasifique sus juguetes: por ejemplo, “It’s a fish, it’s blue” (“Esto es un pez, es azul”) / “it’s a dog, it’s brown” (“esto es un perro, es marrón”) / “2 trains, 3 cars” (“2 trenes, 3 coches”) / “big blocks, small blocks” (“bloques grandes, bloques pequeños”), etc.
- Mirad en los armarios y los cajones de la ropa: ¿puede citaros el nombre de alguna prenda en inglés, como pants (calzoncillos o bragas), socks (calcetines), vest (camiseta interior), trousers (pantalones), jumper (jersey), t-shirt (camiseta de manga corta), skirt (falda), dress (vestido), shoes (zapatos), scarf (bufanda), hat (gorro), etc.?
- Id a dar una vuelta por el parque y pedidle que os diga el nombre de las cosas que sepa en inglés: swings (columpios), slide (tobogán), sand (arena), tree (árbol), grass (hierba), flower (flor), tap (grifo), ant (hormiga), bird (pájaro), stone (piedra), etc.
- Invitadle a que haga un dibujo y os lo describa, que es una forma interesante de practicar los adjetivos: “This is a cat. The cat is happy” (“Esto es un gato. El gato está contento”); “This is a house. The house is big” (“Esto es una casa. La casa es grande”); “This is a tree. The tree is green” (“Esto es un árbol. El árbol es verde”).
- Dejadle que se siente en la “silla del profesor” y que os lea el cuento en inglés que más le guste. Aunque aún no sepa leer algunas palabras, las ilustraciones le ayudarán a recordar la historia.
- Pedidle que os enseñe su canción preferida en inglés y los gestos con que se acompaña. Os divertiréis mucho si fingís que no habéis entendido bien algunas palabras o acciones, ¡y apuesto a que vuestro hijo no tardará nada en corregiros!
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